....desabrochando los
botones fríos de metal, los mismos que me sirvieron para trepar
hasta tu cintura de
cristal, aflojando tú hebilla para así alcanzar
las 220 pulsaciones que
me van a matar en esta noche sin punto ni final,
hundiéndonos en el crepúsculo y su profundidad, esperando a la luz del día que nos delatará,
sirviéndome de mis
manos para diseñar un mapa que me guie hasta tú sexo en la oscuridad...