Te he
vuelto a escribir, y esta vez diferente a todas las demás
Porque es la última.
Seguramente
queden estigmas imborrables en mis manos después de esto.
Tal vez no pueda elegir
si continuar con
esta historia
pero si puedo
decidir como terminarla.
Antes de que acabe conmigo.
Déjame hacerlo mal una vez más.
Cómo no
voy a saber ni donde pisar ahora
si una
vez caminé a tientas por tus manos,
quemé con
letras los espacios en blanco de tu piel
y las leí
en braille en tu espalda:
"Esta en una nota de
suicidio
que nadie más te escribiría
así,
si,
estoy pensando en morir por
ti"
Me tumbé
en tu pecho y escuche tu dolor latiendo dentro.
Y lo
llamé hogar.
y camine descalzo por las calles sobre el frió suelo,
pisando los cristales que dejabas a tu paso.
Tus costillas se convirtieron en las cornisas de los edificios
en donde me sentaba a esperar mi suicidio.
Tus dedos eran la soga que me ajustaba al cuello en cada texto.
Sentí la condena de la boca del cañón de tus enigmas en mi nuca
y la distante dulzura de los restos de pólvora en tú piel.
Sentí la condena de la boca del cañón de tus enigmas en mi nuca
y la distante dulzura de los restos de pólvora en tú piel.
Imagina mis manos intentando cerrar
la tierna cicatriz que otro dejo en tu pecho.
Imagínate cosiéndome a tu vida,
saturando con puntos de incertidumbre
mis manos a tus clavículas.
Me despido, te doy las gracias.
" Y yo te pinté alas tantas veces que supongo que viví esperando que un día,
sin más, echaras a volar."
la tierna cicatriz que otro dejo en tu pecho.
Imagínate cosiéndome a tu vida,
saturando con puntos de incertidumbre
mis manos a tus clavículas.
Que si,
que puede que yo sea la única persona que no sabría pasar un minuto contigo y aceptarlo
como último,
pero
también soy ese que se niega a no pasar un segundo más a tu lado.
Me
gustaría explicarte por qué.
He
intentado hacerlo
y ojala
pudieras ver(te) a través de mis ojos.
"¿Qué va a ser ahora del ahora y del mañana cuando se sabe
que no habrá más?"
Tienes
mucho que ver con esa magia invisible que me enseña
a
respirar hacia adentro y a controlar los golpes del corazón
cada vez
que te veo y se me sale por la boca.
Te escucho con silencio de no aceptar un no por respuesta.
Te
escribo con la voz ahogada de quien tiene claro que no hay más cuestiones.
No sé si
me entiendo. Seguramente que no.
Que
torpes mis labios pidiendo un último beso.
Todo
final implica un comienzo
y este es solo el principio.
Del fin.
Te lo
aseguro, ya me había convencido. Pedí a gritos un final.
Me había
prometido no pensarte más.
Y es todo mentira.
Aun
quedan restos de pólvora en tus manos,
pero esta
noche
"lo único
que sonará a disparo"
será tu ausencia.
Ven
y
ciérrame los ojos, si quieres, con tus labios
mientras
te confieso con voz lacera al oído:
"Lo que más me gusta del
daño son tus huellas"
Te irás
y
desconoceré en qué instante empezó el invierno,
dejándo por incertidumbre en que momento acabará.
Te has vuelto a convertir en una desconocida.
En el
insomnio de cada noche
me
obligaré a respirar los restos en ruinas que quedan de ti.
Hasta ahogarme.
Jugaré en
mi recuerdo con los besos que nos quedaban.
¿Sabes?
Perdí la
que era mi parte inmortal
por
rozarte una vez más.
Si, prefiero que me
destroces.
Pero
vuélvemelo a preguntar, por favor.
"Me gustaría desnudarte, una vez más, tan despacio
que parezca que aun nos queda tiempo."
Intento retener tu última imagen. Alejándote.
Me despido, te doy las gracias.
" Y yo te pinté alas tantas veces que supongo que viví esperando que un día,
sin más, echaras a volar."