Busco versos perfectos que lleven en
camino recto
a donde se cumplen los rezos, donde
los sueños no son dichos son hechos,
donde está prohibido ver tus piernas o tu negro pelo de lejos,
donde de tu mano el suave viento
transforma tus rasgos en verbo
Y como ya pensé una vez tú eres una
chica mala
y yo ,en esta vida del revés en una
historia que no acaba,
un chico tonto que no ve que ya no hay
cuentos de hadas
sino ratas que roen la madera de las tablas de mí improvisada barca,
un galeón que robé para surcar el mar
que hay entre tus alas
…y aquel podría ser un día redondo o
un día perfecto, como quieras llamarlo,
pero para mí averiado corazón nada de
lo que hago es bueno, y como un pirómano
prendo fuego a mi coherencia que golpea como un trueno, tengo que tantearlo,
si vale la pena el verso gastarlo en
hacer línea de números o bingo de tus manos
por el vuelo de tu falda que está en
juego, en este juego en el que nunca gano.
Creo que me confundí de papel y en
este párrafo no soy ni caballero,
me he tropezado con la misma piedra
tal vez, solo soy un vasallo en este
cuento.
Ella un princesa con la que me topé
casi por casualidad y me sorprendo,
que ahora su reino es el culpable de
mi insensatez y me hallo en su cenicero
entre las sobras de palacio, entre las
sombras de su piel
que encienden
el día como un mechero.
No sé en qué momento comencé a ser
esclavo de la nada
cuando a mi idiotez abrigué y empecé a
seguir una sombra vana
hasta las puertas cerradas de unas
ocasiones acabadas.
No era locura a la que abracé si no a
una obsesión poco sana
una enfermedad que remedié disimulando
que no existían mis cábalas.
Profundo trastorno el mío, profunda
caída la de la ironía…
…volverse loco por una amante de la
psicología, entre sus palabras me perdería.
Y no puedo ser su héroe de ficción, la
misma que hay entre nosotros dos en mi función,
sería más fácil encontrar la Luna en
un oasis, un espejismo en el desierto de mi renglón.
Quiero desaparecer como una hache
intercalada en una frase que se deshace,
que todo haya sido solo un bache, un
juego de niños que se rehace.
Despertarme y
convencerme que ha sido un sueño, no poner en sus ojos más empeño.
Me enmiendo a
cada uno de los hilos de su cabello, para terminar entero este texto
Escribiría sobre
el tesoro de un pirata pero no es comparable a esta dama,
escribiría sobre
su piel de madrugada, pero para ello no existen aun palabras.
Yo aun soy virgen
en el paseo de su espalda y camino a tientas entre sus pestañas,
Solo podría
hablarte de su risa en mitad de una batalla y de cómo brillan sus ojos en la
mañana.
Le robaría cada
letra del abecedario, la definiría como algo nuevo en el diccionario,
la llevaría a
Francia, a Chicago o a algunos de esos lugares que me he inventado,
a la Luna si
quiere o al teatro, al cine si le apetece o la saco al escenario
de este circo que
me he ideado, donde hay muchos payasos soñando…
…ser
la razón de la risa en sus labios.
Y ahora sí, me
marcho a coser…tejidos de recuerdos que deje tendidos.
Intento enhebrar
un nuevo comienzo para no estar tan perdido.
Demasiado ebrio
de “no correspondidos” y entre sus
palabras rendido.
Cafés con
demasiada cafeína los cuáles te muestran las ironías.
Exceso de
paranoias por horas y cuantas oportunidades perdidas
para acabar
dándome cuenta del hilo en el que me encuentro pendido.
Como el que se
quema con fuego sin quitar la mano del todo porque imagina no sentirlo.
El descosido, el
roto de cada fragmento de hilo de tú vestido
en el cual me escondería
en los bolsillos para navegar contigo
o te lo
arrancaría a cachos hasta no dejar ni un trocito,
hasta tener
vistas ilimitadas a tu paraíso.
Al folio excito
con este nocturno y rutinario rito
de escribir sobre
cómo debe ser tu piel a la luz de la noche
y de que lo único
que te sobran por las mañanas son los botones.
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