Tengo una mezcla de metáforas en la cabeza.
Y mucha, mucha mierda.
Tengo una canción dentro de ella
que va a estallar en cien mil pedazos
antes de que la recuerde.
La verdad es que esto, ahora, no tiene
mucha importancia.
Y antes tampoco la tuvo.
Ojala no hubiese ni uno más.
Por un tiempo. Y se quedara así para
siempre.
Si te esperas un segundo te lo digo:
no sé muy bien que quiero decir.
Quiero que no haga falta descifrar un
sentimiento.
Que no haga falta inventarlos por la ausencia.
Que no hagas falta.
Que no haya ausencia.
Que no haya que escarbar para encontrar
dentro de alguien,
ya me he manchado demasiado las manos.
Creo que exijo más de lo que pido,
y pido lo suficiente como para no volver a
dar.
Yo tampoco lo entiendo, pero alguien ya lo ha hecho por mi.
No sé a dónde intento llegar.
No sabré como actuar una vez que llegue.
¿Es esa razón suficiente para dar media
vuelta?
"Relátala sin prisa", me exijo.
¿Dónde me quedé colgado de tus miradas?
Morderse los labios hasta sangrar
observando los tuyos.
Escuchar el trueno quebrar el silencio
en mitad de la calma.
Suspirar una mentira en tus oídos
y llamarlo susurro.
Morir de la forma en que mata el viento o el agua.
Arañando. Rasgando.
Sabe que sé
que no me duele ninguna otra herida
porque es ella la única cicatriz que aún no me han hecho.
La verdad es que esto, ahora, no tiene
mucho sentido.
Y tampoco lo tendrá.
Pero.
Ojala.
Ya no estés cuando vuelva a mirar.
<<Describete en abstracto
para que nadie nunca entienda
el por qué soy capaz de rogarte.
Vete.>>
No hay comentarios:
Publicar un comentario