Vuelve la
intriga que dejas con tus frases
el sedeo de
volver a verte como antes,
destierro de
toda cordura existente
el folio
lleno de tinta dejando seca la mente.
Sentir en el
pecho cada uno de tus pasos
cuando pasas
cerca haciendo daño,
sacando de la
memoria lo que borraron los años
sembrando la
esperanza de tu tacto.
Mi impaciencia
aprendió contigo
a esperar lo
que nadie más espera,
a esperar
cuando los demás desesperan
a aguantar
un poco más, y aquí sigo.
Ya hace
tiempo que me olvide de imposibles
me quedo con
lo improbable que es más factible.
Sabedor de
que tú corazón no me pertenece, ni tu mente,
pero hay
razones a las que la razón no atiende, ni obedece.
No te miento
si te cuento
que de mi
solo sabes reírte creo,
cada encuentro
con tus ojos me engaña
sentido común
que no sana y me falla.
No me diste
nada y yo te lo hubiera dado todo,
me aferraba
a la sombra de una mera ilusión
sentado en
este sillón pienso en cuál fue el fallo y solo,
creo que el
destino nos cruzo por equivocación.
El azar me
puso contra las cuerdas
cuando me
dejo solo delante de tus piernas,
que pez no
muerde ese anzuelo
para
despertar derrepente en mitad de un sueño.
Fueron lo
minutos en contra de tu recuerdo
los que no querían
avanzar,
para recordar
que una vez creí que
se podían
borrar los por que y los tal vez.
Tengo más de
10 razones para odiarte,
pero siempre
vuelve ese algo tan raro
que desde el
primer día me tiene atado
me mantiene
en esta butaca esperando.
La sesión es
limitada para este cine,
yo siempre
estuve ahí por mucho que repliques.
Aquí nada
ocurre como se escribe,
pero si paso
tal como lo dije.
Ya no hace
falta tirar migas de pan para ir a buscarte,
el camino de
ida y de vuelta me lo se de memoria,
es lo más
parecido a dar vueltas en una noria,
y el camino
correcto es el premio inexpugnable.
No se si mi
mano podrá expresar todo lo que siento,
explicarnos sin
ser juzgados es todo un reto.
Y es que al
hablar de ti…es pequeño cualquier verso,
al relatar
las partes feas de este que es mi cuento.
Difícil
mirarte y a la vez no desearte
difícil ha
sido tantas veces no delatarme,
complicado entender
que no daría yo por ti
y a la vez
entender que con verte me puede servir.
Vuelves a
poner el tiempo en ralentí,
a tu gusto
las horas son segundos
pero solo me
ha hecho falta un minuto
para ver que
es en vano todo este sentir.
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