No me gusta
el silencio frio entre nosotros
solo el que
permitimos entre nuestros ojos,
y solo
quiero ver los míos reflejados en el espejo
qué forma tu
pupila sobre un fondo negro.
Hay tantas
cosas que no suelo o no puedo decirte
y otras
tantas cosas tuyas que no llegan a mis oídos,
hay tantos
delirios que se quedan en mis escritos
queriendo
con palabras y versos los días vestirte.
Quiero
encontrarte al cruzar cualquier esquina
de cualquier
sueño de medio día, y que me digas
si son verdades o mentiras lo que esconden tus
pupilas,
o dame otra
de esas miradas por las que se rigen mis rimas.
He pegado un
lienzo en tu puerta de acero
Al anochecer,
con más intenciones que sorprender.
Ya intentaré
después comprender el porqué de los “pero…”
más allá de
los sueños, confórmate con mis hojas de papel.
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