volveré a mirar hacia atrás y lo entenderé.
Comprenderé ese sabor a último intento
que tenía cada beso.
O el sonido característico de nuestra brecha abriéndose,
como cuando no se quiere hacer ruido y
aletargas los movimientos
hasta que al final alguien se acaba
despertando.
Es muy probable que empiece a comprender tu ausencia muy pronto,
y la caligrafía del idioma del frío
mientras lame mi espalda.
Quizá, el calor también se olvida
de la misma forma en que se evapora una gota
o en que se perdía el aire que respirabas en
mi boca.
Sé que asimilaré
la causa de porque el mundo era dos veces un
vacío
cuando te ibas y no mirabas hacia atrás.
Sabré lidiar
con que vociferaras tus heridas abiertas,
pero sellaras los labios
cuando más necesitaba que gritases.
Podré interpretar
que los espejos escupan tu imagen
desde que te asomaste desnuda a uno de ellos.
Incluso no juzgar
que inhalaras el asfalto del pasado
para luego jugar a quemarme la piel con carreteras
hacia ningún lado.
Estoy bastante seguro
de que pasado un tiempo,
daré media vuelta,
y todo lo que ha sucedido tendrá sentido.
Pero
hoy,
no
entiendo nada sin ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario