lunes, 5 de agosto de 2013

...continuando

Tengo a boli y lápiz acostumbrados
a las horas a las que se acuestan los extraños,
justo cuando nos visita la puta de la nostalgia,
el color de tu pelo y la melancolía inundan la sala.

El tacto siente la madera amarilla y negra,
el folio el duro grafito y cada palabra terca,
cada una que te recuerda, cada una de ellas
me aprietan en la sesera sin ninguna prudencia
hasta que me liberan cuando les doy rienda suelta.
Entre tus labios encuentro una escondida pureza
para mis versos que te buscan y te esperan.

Cada irritante frase hecha hoy es bella
no por merito propio sino porque hablan de ella,
de que era el “opio” del poema y de mi forma de verla.

Cada triste verbo de cada frió invierno
Convertido en dulce otoño cuando de tu mano paseo.
Poemas que solo saben hablar cuando te echo de menos
solo de largos y tristes días, vistiendo de negro folios feos
llenos de rencor, orgullo y oscuros versos.

Nunca te he contado lo que encontré yo en tus besos
ni de cómo conseguiste dejar un día mis ojos secos,
de cómo me diste horas entre muchos de mis sueños
en los que te habría escrito lo mejores textos.

Nunca te dije un sincero te quiero
y cuando lo sentí ya estabas muy lejos.
No creo en dichos creo en hechos
pero no valoramos nada cuando lo tenemos.

Intento coserme cada herida con hilos
pero quién sabe dónde está la línea
que divide el libre albedrío de nuestro destino.
Soy todavía un niño que con mis decisiones no atino
con cada pelea a mi propia muerte asisto
cuando sin cordura mis palabras afino

He dicho tantas veces que nada busco
otras tantas que con poco que encuentro me asusto.
Clavando palabras con un cuchillo de filo obtuso,
cuidando cada detalle para empezar a ser algo tuno o astuto,
esperando miles de respuestas si en palabras me desnudo,
escritas frases ligeras de olvido y vestidas con mi puño
al decirte que tus ojos son muy poco oportunos
pero que todavía no he vuelto a ver ningunos como los tuyos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario