Te acabas de ir,
para siempre quizás
y no soy capaz ni de mirar hacia
atrás.
No sé, no me apetece ver cómo te
marchas de mi vida
y que lo último que vaya a ver sean
tus pasos
dirección 180º muy lejos de mis manos.
Te acabas de ir,
y tengo los labios llenos de poesía
porque hasta cuando matas estas
bonita.
Y a mi solo se me ocurre correr,
como si haciéndolo lo suficientemente rápido
pudiera regresar hacía atrás
y volver a ver tus ojos
una vez más.
como si haciéndolo lo suficientemente rápido
pudiera regresar hacía atrás
y volver a ver tus ojos
una vez más.
Ya eres un recuerdo, “pero me acuerdo
como si fueses ayer”
cuando andábamos comiéndonos de lado a
lado,
cuando me dio por pensar que la cura
contra todo lo malo,
de esta jodida monotonía,
estaba en tu labio inferior.
Quería
morder la vida
con mis colmillos en tu piel.
Has conseguido dejarme sin respiración,
pero esta vez
“si no respiro es por no ahogarme”
Llego tarde a la estación,
vengo de perder un tren y casi pierdo
otro.
Y justo en este momento entiendo que no me importa
perder más trenes,
Y justo en este momento entiendo que no me importa
perder más trenes,
que siempre he preferido las estaciones
y en la tuya siempre es primavera.
Esta vez sí Sabina, quería quererla
querer,
y es que no sabe
que he puesto ciudades enteras a su nombre
que he puesto ciudades enteras a su nombre
y me he imaginado más de una vida con ella.
“Ella es de esas que te
hacen pensar que toda tu vida ha sido un simulacro.
Que la poesía se pone
corbata para hablar de ella”
Yo no podría ser tu
amigo.
Tienes en tus ojos los
motivos.
El último que debería tomar una decisión aquí es el tiempo,
me jugaría cada ángulo
del minutero por llegar hasta tu pelo
y eso no hay reloj que
lo refleje.
Ni para contarlo versos.
Ni para contarlo versos.
En esta historia no quiero perder el hilo,
que ya pendo de todos los de tu vestido.
Pero yo no me voy a quedar aquí esperando a ver qué elijes,
no vengas si no es para decirme que te quedas.
Para haber llegado hace casi un rato
ni te imaginas lo que se me está atragantado
decir adiós.
ni te imaginas lo que se me está atragantado
decir adiós.
Seré sincero
hubiera aguantado un poco mucho más.
No sé, llevo ya unas
horas escribiendo y no creo que vaya a encontrar
las palabras con las
que hacerte entender lo que callo.
Yo no voy a pedirle a
nadie que se quede.
Yo me voy.
Hice bien en besarte
cada una de las veces como si fuera la última.
Lo intuía.
Y por si te lo sigues
preguntando…anoche no fue el frío el que me hacia temblar.