lunes, 21 de abril de 2014

Killing me softly

No lo tengo claro,
por eso voy a tratar de explicarlo
como se explican las cosas que se escapan de nuestras manos.
Como tú.

Ya te he dado la primera pista y acabo de empezar,
cuando termine espero que no te quepa duda
de que eres la primera vuelta de tuerca
con la que empiezan a formarse el millón
de nudos que sujetan mi estomago.

Nada de mariposas
que eso son cosas en las que creen todos esos enamorados
que buscan finales con perdices, castillos y soldados armados.
Y es que ambos sabemos que yo busco en ti
esperando encontrar de todo
menos un final

No lo tengo claro.
Del odio nace el mejor amor y viceversa.
Cuantas más ganas más alcances de bala, o algo así.
Cuantos más planes peor salen. Es así.

Te sigo dando pistas
y aun así sobra decir
que quizás cuando vuelvas ya no quiera explicaciones.
Esta quedando todo bastante claro, y la verdad,
Tengo ya más de diez razones por las que irme
pero no me veo no intentándolo una vez más.

Te leo a través de mi pantalla,
contándome como ha vuelto el pasado,
contándome una película que cada uno ve desde su punto de vista:

Para ti es más de esas historias de cine, de amor, de intriga, que miras
subida al escenario,
en la que todos estamos esperando
que elijas un comiendo para tu historia.
O un final para la mía.

Quizá yo por mi parte, tengo que decir, que subí demasiado alto
cuando no encontraba ninguna otra manera de llegar hasta tu cuello.
La hostia sí que va  a ser de cine.


No lo tengo claro
si dolerán más las palabras que no quiero oír
o esos silencios que otorgan, los que se clavan lento,
pintando la esperanza de cualquier color menos verde.
Silencios que me dejan a mi callado
sin encontrar en ningún lado el ruido.
El ruido de tus tacones subiendo los escalones.

Fuera llueve
y aquí dentro todo es un desastre
No sé si volverá la calma
con todo este caos.

Seamos sinceros, yo lo tengo muy claro
Y tú, no.


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