No lo tengo claro,
por eso voy a tratar de explicarlo
como se explican las cosas que se
escapan de nuestras manos.
Como tú.
Ya te he dado la primera pista y acabo
de empezar,
cuando termine espero que no te quepa
duda
de que eres la primera vuelta de
tuerca
con la que empiezan a formarse el
millón
de nudos que sujetan mi estomago.
Nada de mariposas
que eso son cosas en las que creen
todos esos enamorados
que buscan finales con perdices,
castillos y soldados armados.
Y es que ambos sabemos que yo busco en
ti
esperando encontrar de todo
menos un final
No lo tengo claro.
Del odio nace el mejor amor y
viceversa.
Cuantas más ganas más alcances de bala,
o algo así.
Cuantos más planes peor salen. Es así.
Te sigo dando pistas
y aun así sobra decir
que quizás cuando vuelvas ya no quiera
explicaciones.
Esta quedando todo bastante claro, y
la verdad,
Tengo ya más de diez razones por las
que irme
pero no me veo no intentándolo una vez
más.
Te leo a través de mi pantalla,
contándome como ha vuelto el pasado,
contándome una película que cada uno
ve desde su punto de vista:
Para ti es más de esas historias de cine,
de amor, de intriga, que miras
subida al escenario,
en la que todos estamos esperando
que elijas un comiendo para tu
historia.
O un final para la mía.
Quizá yo por mi parte, tengo que
decir, que subí demasiado alto
cuando no encontraba ninguna otra
manera de llegar hasta tu cuello.
La hostia sí que va a ser de cine.
No lo tengo claro
si dolerán más las palabras que no
quiero oír
o esos silencios que otorgan, los que
se clavan lento,
pintando la esperanza de cualquier
color menos verde.
Silencios que me dejan a mi callado
sin encontrar en ningún lado el ruido.
El ruido de tus tacones subiendo los
escalones.
Fuera llueve
y aquí dentro todo es un desastre
No sé si volverá la calma
con todo este caos.
Seamos sinceros, yo lo tengo muy claro
Y tú, no.
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