martes, 12 de noviembre de 2013

Noche de estudio

La he visto mesarse el pelo,
soltarse la coleta con un solo gesto,
cansarse de estudiar entre bostezos
y volverse a hacer la coleta presto
dispuesta a salvar el mundo entre sus textos.

La he visto coger su lápiz rosa,
desgastar el grafito durante horas,
jugar con mis miradas en su boca,
borrar lo malo de este mundo con su goma,
susurrar sus apuntes de memoria.

Mira a la pared intentado encontrar
la respuesta que no llega a su lengua esta vez,
yo la miro a ella intentando acabar
un párrafo que describa un “¿por qué?”
preguntas con respuestas que no se ven,
las líneas perfectas hechas mujer.

Apoya su espalda sobre el reposa brazos
y muerde sus uñas de forma nerviosa desde hace rato,
ella  sabe que yo la miro y sigo sus manos
que están de aquí para allá rozando sus labios.

Y es que ese pijama rosa le queda de puta madre
pega jodidamente bien con estas sillas marrones caníbales.
Que yo me he vuelto algo más grosero lo dejamos aparte
pero es que esta sala se queda tan fría cuando ella sale,
aunque sea para traerme galletas de chocolate.
Mi vista no ha probado algo más dulce que sus lunares.

Como otras veces ya me ha pasado...


                                                               están a más de un cielo de distancia nuestros pasos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario